-Dulce melancolía-
Con manos ávidas traté de asir el viento.
Con decidido intento
busqué lo eterno en la belleza
lo divino en pureza.
De esperanza colme mi juventud
Tras la dicha corri con prontitud.
En esos años yo era todo corazón.
Pero al mirar atrás ¿cuál es mi conclusion?
Todo es absurdo, todo ilusión.
Humo son las promesas del poder.
Cenizas los honores del saber.
La fama por la cual se añora
a sus favorecidos devora.
El goce del placer se deteriora.
La dicha es sólo evanescencia.
Se rige el mundo por apariencia.
Inútil es desear lo inexistente.
Felicidad y amor son incongruentes.
La poesía sólo enseña a soñar.
Buscar un ideal es desvariar.
Más retumba en mi pecho este recio acento:
¡No ceses de tratar de asir el viento!
****
Con manos ávidas traté de asir el viento.
Con decidido intento
busqué lo eterno en la belleza
lo divino en pureza.
De esperanza colme mi juventud
Tras la dicha corri con prontitud.
En esos años yo era todo corazón.
Pero al mirar atrás ¿cuál es mi conclusion?
Todo es absurdo, todo ilusión.
Humo son las promesas del poder.
Cenizas los honores del saber.
La fama por la cual se añora
a sus favorecidos devora.
El goce del placer se deteriora.
La dicha es sólo evanescencia.
Se rige el mundo por apariencia.
Inútil es desear lo inexistente.
Felicidad y amor son incongruentes.
La poesía sólo enseña a soñar.
Buscar un ideal es desvariar.
Más retumba en mi pecho este recio acento:
¡No ceses de tratar de asir el viento!
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