Monday, September 21, 2009

Analoga

Bajo tus ropas permanecía escondida
la joya que anhelaban mis deseos profanos.
Respondías a mis obvios reclamos
con sonrisa traviesa y ansia encendida.

Me encantaba acariciar tu perla humedecida
y cabalgar en los prados de tus llanos.
Gemías feliz en tus goces tempranos.
La pasión te sacudía desinhibida.

Agraciada con físicos primores,
dotada de gran capacidad sexual,
destinada para inspirar amores,

eras la esencia de la mujer carnal.
¡Análoga de la diosa Afrodita!
¡Estremecedora! ¡Inaudita!
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