La intrepidez

Los grandes generales de la historia lograron
hazañas consideradas imposibles.
Aníbal, con su ejército, cruzó los Alpes y
Bolívar los Andes ambos derrotando fuerzas

numéricamente superiores. Desafiando
al ejército romano Julio César cruzó
el río Rubicón lo que le facilitó vencer
y luego ascender al poder romano.

¿Qué tenían en común estos guerreros?
¡Dos cosas: visión e intrepidez! La visión
para identificar eventos culminantes
de la historia y la intrepidez para saber

aprovecharlos siendo el valor la dinámica
que propulsó sus decisiones determinantes.
Los inspiró el reto de óptimas gestas
y la atracción que ejerce sobre el héroe

la aparente imposibilidad de un gran logro.
Con la sabia intuición que otorga la valentía,
estos tres líderes supieron identificarse
con esa gran fuente de energía irresistible

que es el Infinito y la fé nació en sus
bravos corazones. Dijo Cicerón:
“Un hombre valeroso rebosa de fé”. Y Fausto:
“El hijo preferido de la fé es el milagro”.
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