Hay sueños que son garras.
Te aprietan, te laceran.
Así fue aquella noche cuando soñé con ella.
Estuvo aquí.
Pero pronto se fue
con un gesto glacial de su frente altanera.
Nunca me dijo adiós
ni jamás me miró.
Tan despiadado fue el dolor que aun
al despertar,
a solas en las sombras,
sentí en mi corazón el filo de un puñal.
****
Te aprietan, te laceran.
Así fue aquella noche cuando soñé con ella.
Estuvo aquí.
Pero pronto se fue
con un gesto glacial de su frente altanera.
Nunca me dijo adiós
ni jamás me miró.
Tan despiadado fue el dolor que aun
al despertar,
a solas en las sombras,
sentí en mi corazón el filo de un puñal.
****
No comments:
Post a Comment